A partir del siglo tercero, a los aspirantes a emperadores les bastaba con la aclamación de su ejército; ya no esperaban el consentimiento del Senado ni del pueblo de Roma.
Aunque existían seis aspirantes con diversos derechos, las candidaturas fi nales se redujeron a dos de ellos: Fernando de Trastámara (entonces regente de la Corona de Castilla por la minoría de edad del rey, su sobrino) y el conde de Urgel.
Platón dedica un amplio espacio en La República a explicar cómo debe ser el proceso de selección de los aspirantes a guardianes y gobernantes.
Se resolvió así de forma ejemplar una situación de vacío de poder que en aquellos tiempos era casi siempre una ocasión propicia para el desencadenamiento de una guerra civil entre los aspirantes al trono.
Los ejemplos de YourDictionary.com han sido recopilados de diversas fuentes para reflejar el uso actual e histórico de la lengua. Estos ejemplos no representan las opiniones de YourDictionary.com.