Ahora analizaremos los «resortes» del ser humano que, desde su interior, lo lanzan a la búsqueda del saber: el asombro, la duda y la conmoción existencial.
Ante el asombro y la admiración de Joe, que ha determinado irse, el sacerdote afirma que Dios no abandona a sus hijos y la Iglesia tampoco.
Causa verdadero asombro entre los historiadores el extremo que llegó a alcanzar el debate intelectual, libre y sin cortapisas, en estos centros de enseñanza.
El asombro El asombro es la sorpresa que sentimos ante algo extraordinario o inesperado.
El asombro fi losó fi co no es una actitud pasiva ni ingenua ante lo inesperado o deslumbrante; por el contrario, es activa, en cuanto que conduce al fi lósofo a preguntarse por la causa última de lo que le provoca admiración.
El asombro implica tomar conciencia de que hay algo que se nos escapa en aquello que creíamos conocer.
Estos sí experimentan a diario el asombro ante lo que los rodea.
La conmoción existencial La costumbre y una vida absorbida por metas inmediatas y pragmáticas pueden sumirnos en una especie de anestesia en la que no cabe el asombro ni, por tanto, los interrogantes.
La duda La búsqueda iniciada con el asombro puede conducirnos a respuestas que, sin embargo, se vuelven insuficientes con el tiempo.
La propuesta cristiana es novedosa en el sentido de original, porque sostiene un mensaje y unos modos de actuar que producen admiración y asombro.
Los ejemplos de YourDictionary.com han sido recopilados de diversas fuentes para reflejar el uso actual e histórico de la lengua. Estos ejemplos no representan las opiniones de YourDictionary.com.