¿Por qué dice santo Tomás de Aquino que «la muerte es de algún modo algo natural, pero tam bién de algún modo algo antinatural»?
Aquino consideró, in fl uido por el iluminismo de san Agustín, que el intelecto agente es como una luz que participa de Dios, gracias a la cual conocemos los conceptos.
Aquino emplea las cinco vías para probar racionalmente la existencia de Dios y elabora otros razonamientos para reflexionar sobre su esencia.
Aquino es universalmente reconocido por las denominadas vías tomistas, con las que argumentó racionalmente sobre la existencia de Dios.
Aquino estuvo de acuerdo con la teoría de la transmigración de las almas.
Aquino explicó que se encuentra en la vida eterna, unida a Dios o alejada de él, según el comportamiento que haya conducido en la Tierra.
Aquino sostuvo que las virtudes están íntimamente relacionadas con la ley natural.
Así, concluyó en la existencia de Dios como Primer motor, como Causa primera y como Ser necesario (con estos argumentos in fl uyó en las vías de Tomás de Aquino).
Avicena introdujo esta distinción, que adoptó santo Tomás de Aquino.
Basándose en estas consideraciones que partían de Aristóteles y lo superaban, Aquino elaboró su doctrina sobre la participación del ser, de inspiración platónica.
Como Aristóteles, Tomás de Aquino afirma que el poder político encuentra su fundamento en la sociabilidad humana.
El de Aquino considera que el argumento ontológico de san Anselmo no es válido para probar la existencia de Dios, ya que presupone que podemos alcanzar un conocimiento perfecto de la esencia divina, cosa que nuestra razón, por ser limitada, no puede obtener.
El de Aquino siguió la solución del realismo moderado.
En esta centuria ya no se realizaron grandes síntesis teológicas y fi losó fi cas como la de Tomás de Aquino.
En cuanto a las formas de gobierno, el de Aquino recogió la división aristotélica que distinguía tres buenas —monarquía, aristocracia y democracia respetuosa de la ley— y tres malas —tiranía, oligarquía y democracia demagógica—. El peor sistema es la tiranía y el mejor, la monarquía, porque da unidad y conduce a la paz.
En el terreno de la metafísica, las ideas aristotélicas tuvieron gran impacto en Tomás de Aquino, quien las empleó para argumentar racionalmente la existencia de Dios y el ser de las criaturas, mostrando un mundo en armonía con la fe.
En ellos destacaron cristianos como san Alberto Magno, san Buenaventura y santo Tomás de Aquino.
En relación con la moral y la acción humana, Tomás de Aquino desarrolló tres conceptos: El bien y el fin, pues todo lo creado tiende a un fi n o bien propio.
Esta postura fue la que adoptó Tomás de Aquino en el siglo xiii .
Estas verdades pueden ser sobrenaturales o naturales; para referirse a estas últimas, Aquino emplea la expresión preámbulos de la fe, ya que predisponen a la aceptación de las verdades sobrenaturales, objeto exclusivo de la fe.
Haz una valoración moral de esa acción desde el punto de vista de Hume y desde el punto de vista de Aristóteles, Tomás de Aquino y Descartes.
Jacques Maritain, en la misma línea que Aristóteles y Tomás de Aquino, presenta un concepto instrumental del Estado, aunque da un paso más al identificar democráticamente al depositario de ese poder.
Junto a lo anterior, Aquino aseguró que hay algunas verdades naturales que Dios ha revelado para hacerlas accesibles a todos.
La esencia de Dios Una vez concluidas las pruebas acerca de la existencia de Dios, Tomás de Aquino se propuso explicar cómo es Dios, es decir, cuál es su naturaleza.
La existencia de Dios Al comienzo de la Suma de teología, Aquino se planteó tres interrogantes: ¿es evidente la existencia de Dios?, ¿se puede demostrar? y ¿cómo se puede hacer esto?
La metafísica En su re fl exión metafísica, como había hecho el Estagirita, Aquino se interrogó sobre el ser de las cosas, los principios primeros y las causas últimas de la realidad.
La teología y la filosofía Como habían hecho con anterioridad san Agustín y numerosos pensadores medievales, Tomás de Aquino re fl exionó sobre las relaciones entre dos fuentes de conocimiento: la fe y la razón.
La universidad más prestigiosa del momento era la de París, en la que Aquino primero fue alumno y, posteriormente, maestro en la Facultad de Teología.
Lo rechazaron Aristóteles y Tomás de Aquino, quienes incluyeron en los seres corpóreos principios materiales y no materiales, que no son sustancias separadas.
Poco después de su muerte, el pensamiento de Tomás de Aquino tuvo escasa difusión, ya que la autoridad eclesiástica consideró averroístas algunas de sus tesis, que quedaron bajo sospecha.
Posteriormente, Tomás de Aquino adoptó esta doctrina.
Probablemente, sin la inspiración de la obra del Estagirita, Tomás de Aquino no hubiera podido ofrecer muchos de sus planteamientos fi losó fi cos y metafísicos.
Quienes integraron lo material y lo no material (Aristóteles y Aquino), enlazaron los sentidos con el intelecto.
San Alberto Magno, santo Tomás de Aquino, san Buenaventura, Juan Peckham o el beato Duns Escoto, son algunos de los grandes intelectuales de la época.
Santo Tomás de Aquino precisó que la plenitud de la santidad pertenece al tiempo final, mientras la Iglesia peregrinante no debe engañarse, afirmando estar libre de pecado: «Que la Iglesia sea gloriosa, sin mancha ni arruga, es la meta final hacia la que tendemos en virtud de la pasión de Cristo.
Según Tomás de Aquino, la ley, en general, es una ordenación de la razón, dirigida al bien común de una comunidad y promulgada por una autoridad legítima, sea esta humana o divina.
Siguiendo a Aristóteles, Tomás de Aquino buscó identi fi car el fi n último para el ser humano: aquel que no es medio para conseguir ningún otro y al que todos los demás fi nes se subordinan.
Tomás de Aquino añadió que la justicia de una ley depende, además, de su ordenación al bien común.
Tomás de Aquino aceptó la distinción aristotélica entre virtudes intelectuales y morales: Las virtudes intelectuales son aquellas que potencian las operaciones del entendimiento teórico o práctico: arte, prudencia, ciencia, etcétera.
Tomás de Aquino adoptó su ética de virtudes, que adquirió nuevo vigor mucho después, en pensadores del siglo xx .
Tomás de Aquino concluye que solo el bien infinito, Dios, puede saciar la voluntad humana.
Tomás de Aquino definía la belleza como «aquello que agrada a los sentidos» y la caracterizaba como «armonía, claridad, perfección, integridad».
Tomás de Aquino no se adhirió a ninguno de estos dos planteamientos, sino que se apoyó en el pensamiento aristotélico, sin dejar por ello de combatir las propuestas averroístas que eran contrarias a la fe cristiana.
Tomás de Aquino relacionó el conocimiento humano con la realidad y con la verdad.
Tomás de Aquino subraya que el fin último del hombre es de carácter trascendente.
Tomás de Aquino y Kant lo criticaron, mientras que Descartes lo adoptó en su argumentación sobre la existencia de Dios.
Una vez recogida la herencia filosófica aristotélica, la teología floreció con los santos Alberto Magno, Tomás de Aquino y Buenaventura.
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