Accidental.
Causa formal: acto formal que otorga una esencia o un modo de ser accidental a un individuo.
Causa motora o eficiente: ser en acto que produce el movimiento propiamente dicho, sea este accidental o sustancial.
De acuerdo con la física aristotélica, santo Tomás distinguió dos tipos de movimiento: accidental y sustancial.
De este modo, propuso un monismo antropológico que resolvía el dualismo de Platón, para quien solo cabía una unión accidental entre el alma y el cuerpo humanos.
Es accidental porque ambos elementos nunca pierden su identidad propia dentro del compuesto; en la antropología platónica, alma y cuerpo están unidos, pero siguen siendo dos cosas distintas, como el piloto y la nave, o como el jinete y el caballo.
La asociación de alma y cuerpo no es completa, porque es una unión temporal y accidental.
La reproducción por regeneración no debe ser considerada un tipo normal de reproducción asexual, sino un caso accidental.
La responsabilidad supone también la presencia de otro ante quien es preciso «dar cuentas», precisamente porque la responsabilidad que se deriva de mi obrar no es accidental ni depende de mi subjetividad; hay siempre alguien que puede reclamarla.
La sustancia es materia segunda, sujeto del cambio accidental, mientras que los accidentes son formas o actos, que se pierden o adquieren en ese cambio.
Puede ser forma accidental, la cual actualiza la materia segunda, o forma sustancial, que actualiza la materia primera.
Sustancia: aquello que es en sí y por sí, y que es el sujeto en el cambio accidental.
Un circuito mal montado o un mal contacto accidental pueden llegar a iniciar un fuego.
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